Las cosas no siempre suceden cuando lo necesitamos o deseamos y algunas de esas cosas tal vez no ocurran nunca. Pero mi experiencia me ha enseñado que cada uno tenemos nuestro propio ritmo y si respetamos ese ritmo, si estamos en contacto con nuestras sensaciones, sentimientos y pensamientos y atendemos a nuestras necesidades reconociéndolas y validándolas, eso nos permitirá avanzar en nuestro camino dejando atrás viejos patrones y lograr que las cosas sean para nosotros más de acuerdo con lo que auténticamente necesitamos.
Como terapeuta integradora que busca la sintonía relacional con la persona puedo acompañarte en el camino de autodescubrimiento de ese ser único que tú eres. Como dice el teólogo y filósofo Martin Buber: “A pesar de toda la similitud entre las situaciones de la vida cada individuo posee, como un recién nacido, un rostro propio e inconfundible que nunca antes estuvo y que no volverá a darse nunca más. Requiere de ti una reacción que no puedes ensayar de antemano. No exige nada del pasado, exige el presente, la responsabilidad, a ti.”
El maltrato psicológico ocurre entre las cuatro paredes del hogar de forma silenciosa, nadie ve nada, es una violencia que no deja rastro: no hay golpes que queden marcados en el cuerpo, no hay médicos que atestigüen, no hay informes ni testimonios oculares. Es una violencia difícil de detectar por las personas del entorno más cercano, la familia y los amigos, e incluso a la misma pareja del maltratador le es difícil tomar consciencia de lo que está pasando realmente.