Soy psicoterapeuta desde hace más de 15 años y sigue fascinándome como el primer día esta profesión. Me siento afortunada por poder dedicarme a ello pero, sobre todo, soy afortunada por poder ver crecer a las personas que acuden a psicoterapia. Por poder acompañarlas en ese momento de su vida, que aún con sufrimiento, son capaces de tener valentía de enfrentarse a él y afrontar sus temores.

Me gusta poder ayudarles a ver sus recursos, aquellos que ya tienen y de los cuales no son conscientes y que, por lo general, son muchos más de los que piensan. Es enriquecedor ver cómo van adquiriendo nuevas capacidades a lo largo del proceso terapéutico.

Siento un profundo respeto y admiración por cada uno de ellos.

Gracias por ayudarme a ser lo que soy.