Nuestro equipo de terapeutas

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Ana Gimeno-Bayón

Dirección del instituto

Hace más de cuarenta años descubrí la profesión de psicoterapeuta como algo apasionante, tanto en su modalidad individual, como de pareja o grupal
Cada persona es para mí un misterio al que intento acercarme con respeto y empatía. Su demanda es un reto que me incita a poner todo lo que sé como terapeuta y como persona para darle un buen fin.

Me gusta pensar en la psicoterapia como un viaje que emprendemos juntas la persona que acude a pedir psicoterapia y yo. Recorremos sus paisajes trabajando en equipo: ella como experta en sí misma y yo como experta en exploración y cambios. En ese recorrido acostumbramos a descubrir y sorprendernos de la cantidad de recursos que existen en su interior para solventar los problemas, cerrar heridas, crecer en forma armoniosa y encontrarle sentido a la vida.

Junto con mi tarea de psicoterapeuta, una de las mejores cosas que me han pasado en la vida es poder dar clases a personas que quieren aprender.

Llevo impartiendo cursos de psicoterapia desde hace más de treinta años, buena parte de ellos en nuestro Máster de Psicoterapia Integradora
Humanista. Como se trata de un título privado, las personas que se inscriben en él lo hacen exclusivamente porque tienen interés en ser unos buenos profesionales de la psicoterapia, y confían en nosotros para que les ayudemos a ello.

Por eso es un auténtico placer para mí ser profesora de unos alumnos tan responsables e inquietos, y que me espolean también a mí (con sus preguntas y comentarios) para crecer como profesional. Eso hace que me considere una auténtica privilegiada. Y le estoy enormemente agradecida a la Vida que me ha dado esta oportunidad.

Ramón Rosal

Dirección del instituto

Mi decisión de integrarme en el Movimiento de la Psicología Humanista quedó confirmada en el año 1980, en ocasión de la participación junto con Ana Gimeno-Bayón en el IV Congress of de European Association of Humanistic Psichology que tuvo lugar en Ginebra. Aunque hacía ya cerca de veinte años que mis primeras lecturas de autores que luego supe que se encontraban en esa corriente me suscitaron un creciente interés. Así me había ocurrido al leer los libros La naturaleza del prejuicio, y La personalidad, de Gordon Allport, en el año 1962. También al quedar profundamente interesado con la lectura del libro de Ludwig von Bertalanffy, Teoría General de los Sistemas. Este ilustre biólogo y posteriormente filósofo de la ciencia había declarado su rechazo de las corrientes psicológicas que implicaban una postura reduccionista al explicar la conducta humana, y manifestaba su alegría al constatar el surgimiento de nuevas teorías psicológicas que respetaban la complejidad del ser humano, aludiendo explícitamente a autores de la entonces corriente humanista como Gordon Allport, Abraham Maslow y Charlotte Bühler, entre otros, que no caían en lo que él denominaba modelo de “hombre robot”. Robot de unos pocos impulsos piscofisiológicos, o bien de los condicionamientos clásico y operante. Este autor, que podría haber caído como muchos biólogos –al explicar los procesos psicológicos- en el reduccionismo biologista tan presente entre los psiquiatras, defendía, ya en los años sesenta del pasado siglo, que:

resulta necesario un nuevo modelo de hombre, y en verdad va surgiendo lentamente de tendencias recientes en psicología humanística y organísmica. El hincapié en el lado creador de los seres humanos, en la importancia de las diferencias individuales […] todo esto y mucho más está implícito en el modelo de organismo activo (Bertalanffy, 1968).

Entre los psicólogos de la corriente fenomenológica –que junto con los existenciales fueron precursores de la corriente humanista- me resultó muy valiosa la obra de Philip Lersch La estructura de la personalidad.

Estudiando la psicología de la creatividad, descubrí a los iniciadores de la Psicología Humanista, Abraham Maslow, Carl Rogers, Rollo May y otros, y proyecté una tesis doctoral sobre la creatividad como tendencia psicológica y como valor ético. Pero sintiéndome presionado para dedicar algún apartado de la tesis al conductista Skinner, y constatando el recelo que hacia esta corriente se daba entre el profesorado universitario de los años 70, decidí aplazar este trabajo y, en cambio, crear el Instituto Erich Fromm de Psicoterapia Integradora Humanista.

Por último, opté por no quedarme sólo en la lectura y pasar a la vivencia de la Psicología Humanista desde el punto de vista experiencial. En aquella época venían a Barcelona algunos ingleses y norteamericanos que propagaban este tipo de psicoterapia. Yo estuve realizando, a lo largo de dos años, una terapia grupal mensual intensiva (de quince horas cada encuentro) con Corinne Gledhill, una inglesa que integraba Análisis Transaccional con Bioenergética y Terapia de la Gestalt. Más tarde asistí en Castelldefels a un encuentro de una semana con Carl Rogers, y luego a encuentros de formación vivencial con Val Gardfield, Muriel James, Claude Steiner y Marge Reddington, entre otros. Junto a esas experiencias, la asistencia a los talleres de los diferentes congresos europeos a los que asistí me convencieron de que ese estilo experiencial, donde se combinaban ejercicios corporales y con la actividad imaginaria, etc. potenciaba la eficacia de una psicoterapia que sólo consistiera en hablar y escuchar empáticamente al otro.

Han pasado 63 años desde aquella primera lectura de Allport, y siento alegría por haber contribuido a la difusión de la Psicología Humanista en nuestro país, con la excelente colaboración de Ana Gimeno-Bayón, y colaboradores de nuestro Instituto. Como selección de logros puedo señalar los siguientes:

  1. Pronto hará 46 años que fundamos el Instituto Eric Fromm, y unos 37 desde que acabamos de crear nuestro modelo de Psicoterapia Integradora Humanista. Es el primer modelo de psicoterapia original, de la corriente existencial-humanista, creado en nuestro país, desconociendo si hasta el momento existe algún otro (entendiendo el término modelo en sentido estricto).
  2. Se han atendido en nuestro Instituto, hasta 2018, alrededor de 4000 psicoterapias profundas.
  3. Hemos dirigido 26 promociones del Máster en Psicoterapia Integradora Humanista, aparte de numerosos programas monográficos.
  4. Hemos tenido excelentes colaboradores –todos ellos con nuestro Máster– en un ambiente de relaciones humanas cordiales y sinceras.
  5. Hemos publicado –Ana y yo– veinticuatro libros sobre Psicología y Psicoterapias Humanistas, Ética psicológica humanista (en la línea de Fromm) y Psicología Transpersonal. (véanse publicaciones)
  6. Hemos presentado ponencias, comunicaciones o talleres en Congresos Europeos de Psicología Humanista en Ginebra, París, Guilford (Inglaterra), Bilbao y Barcelona.
  7. Hemos organizado –junto con otros dos centros-, y presentado ponencias y talleres en el I Congreso Nacional de Psicología Humanista (1981), y junto con la Universitat Ramon Llull, el III Congreso Nacional de Psicología Humanista (1998) y el I Congreso Internacional de Psicología y Psicoterapias Humanistas (2015) todos en Barcelona. Éste último a partir del Grupo de Trabajo de Psicoterapia Integradora Humanista creado en el COPC.
  8. Hemos promovido la creación de la Sección de Psicoterapias Humanistas en la FEAP, previa integración en ella de nuestra Asociación de Psicología Integradora Humanista.

He cumplido ya 93 años y desde hace más de veinte me despedí de la práctica de la psicoterapia. Sigo colaborando en la investigación, y la dirección de nuestro Instituto. 

En esta etapa final de mi vida mis proyectos principales son:

a) Profundizar en la investigación antropológico-filosófica, psicológica y ética sobre actitudes humanizadoras o valores éticos, y seguir escribiendo sobre ello.

b) Asimismo, sobre experiencias y cosmovisiones que pueden ayudar a encontrar el sentido de la vida y evitar el peligro del vacío existencial. También sobre Psicología de las Espiritualidades religiosas, ateas o agnósticas.

c) Estar atento a nuevas aportaciones sobre psicología de la creatividad y psicología de las imágenes y fantasía.

María Beltrán

Colaboradora

Entiendo la psicoterapia como un encuentro profundo entre dos seres humanos y me gusta presentarme como tal. Como una persona.

Para mi es importante saber que hago lo que siempre he querido hacer y disfruto acompañando un proceso personal, enseñando como profesora y tutora del máster del IEF, supervisando a los alumnos, colaborando como docente en la universidad, compartiendo con mis compañeros de equipo congresos, cursos, formaciones, sesiones clínicas…

Sinceramente, considero mi profesión un regalo de la vida.

Charan Díaz

Colaborador

Ser psicólogo para mí es una oportunidad, la oportunidad de trabajar con la mente y el corazón humano y su potencial. Y eso es lo que más me gusta, acompañar a personas a comprender cómo somos y lo que podemos llegar a ser.

Mi formación y experiencia como psicólogo reúne herramientas y conocimiento de diversos estilos de psicoterapia, sobre todo del modelo integrador humanista, además del cognitivo conductual y de las terapias de tercera generación. Me gusta pensar en la terapia psicológica como un espacio de desarrollo, de mejora y cuidado de la salud mental donde hay: respeto, confianza, cercanía, creatividad y reflexiones que aportan valor a la existencia. También es un espacio donde aprender y practicar muchos ejercicios útiles para reordenar valores, tomar mejores decisiones y aumentar la calidad de vida.

He tenido la oportunidad de practicar la psicología con personas de todo tipo de edades, profesiones, estatus, culturas y países en las áreas de la educación, la empresa y la salud mental. Y mi experiencia me ha convencido de la eficacia de la terapia psicológica más allá de las circunstancias personales.

Cuando comprendes mejor como eres y tienes buenas herramientas, la vida es más agradable, tiene más sentido, te aceptas mejor y no te da tanto miedo tu futuro.

Creo que muchas veces sufrimos en la vida por desconocimiento, por ignorancia, pero nuestro interior es un pozo sin fondo de recursos para afrontar y amar la vida, y una buena psicoterapia puede ayudarte con ese tipo de autoconocimiento.

Inmaculada Egurrola

Colaboradora

Desde siempre me interesó la dimensión psicológica del ser humano pero a medida que fui avanzando en su conocimiento, encontré en la psicología humanista, y posteriormente en el modelo de la Psicoterapia Integradora Humanista, una visión de la persona acorde a mis convicciones. Desde allí encontré los fundamentos para poder contemplar al ser humano en todas sus facetas conductual, cognitiva, emocional, corporal e, incluso, aquellos aspectos más trascendentes que forman parte de la persona. También en la percepción del psicoterapeuta como un acompañante y guía respetuoso y empático para que el ser humano pueda encontrar y construir recursos que le ayuden a superar el sufrimiento psicológico.

Estoy muy agradecida de haber podido construir con ello un proyecto de vida que me apasiona tanto profesional como personalmente.

Elke Fricke

Colaboradora

Las cosas no siempre suceden cuando lo necesitamos o deseamos y algunas de esas cosas tal vez no ocurran nunca. Pero mi experiencia me ha enseñado que cada uno tenemos nuestro propio ritmo y si respetamos ese ritmo, si estamos en contacto con nuestras sensaciones, sentimientos y pensamientos y atendemos a nuestras necesidades reconociéndolas y validándolas, eso nos permitirá avanzar en nuestro camino dejando atrás viejos patrones y lograr que las cosas sean para nosotros más de acuerdo con lo que auténticamente necesitamos.

Como terapeuta integradora que busca la sintonía relacional con la persona puedo acompañarte en el camino de autodescubrimiento de ese ser único que tú eres. Como dice el teólogo y filósofo Martin Buber: “A pesar de toda la similitud entre las situaciones de la vida cada individuo posee, como un recién nacido, un rostro propio e inconfundible que nunca antes estuvo y que no volverá a darse nunca más. Requiere de ti una reacción que no puedes ensayar de antemano. No exige nada del pasado, exige el presente, la responsabilidad, a ti.”

Merche Morales

Colaboradora

Entiendo la psicoterapia como un camino que recorremos juntos, donde la persona va descubriendo sus propios potenciales y va tomando decisiones. La persona se orienta hacia una mayor realización personal. Y siempre desde el respeto más profundo hacia ese ser humano.

Empecé dando clases de psicología a jóvenes de formación profesional y asesorándoles como tutora en sus trayectorias de vida.

Con el fin de ejercer como psicoterapeuta, en el año 2012, realicé el Máster en Psicoterapia Integradora Humanista, en el Instituto Erich Fromm. Y desde el año 2015 tengo la suerte de ejercer de psicoterapeuta, una profesión preciosa que da mucho sentido a mi vida.

Aleix Moreno

Colaborador

Ser psicoterapeuta es un privilegio.

Es el privilegio de poder acompañar a aquellas personas que te confían su historia, sus heridas, sus conflictos, pero también sus alegrías y sus éxitos.

Es el privilegio de vivir un intercambio en el que se mira cuál es el camino recorrido y se aprende a mirar y descubrir nuevos caminos y nuevas maneras de transitarlos.

El privilegio de ser con el otro y para el otro.

Miquel F. Oriol Guerrero

Colaborador

Entiendo la psicoterapia como un acto de encuentro y profundización entre dos personas, en el que el terapeuta acompaña al/la cliente en su proceso de encontrarse o de reencontrarse, de superar los obstáculos que la vida le propone, de desafiarse…de crecer. Así, entre ambos se crea una historia, un vínculo particular y diferente, comprometido y plenamente humano.

Y para mí, la mejor manera de hacerlo es con la mirada y el espíritu de la Psicoterapia Integradora Humanista, desde su mirada lúcida, holística y profundamente humana, a la vez que efectiva. Una psicoterapia que me ha permitido integrar mi formación, de tipo cognitivo, otorgándole más profundidad y riqueza.

Ahora, con el recorrido que me dan los más de 15 años que llevo trabajando desde este modelo, agradezco a la vida el haber puesto en mi camino el Instituto Erich Fromm y sus creadores, Ana Gimeno-Bayón y Ramón Rosal, figuras que me inspiran terapéuticamente y lo más importante: humanamente.

Xavier Sort

Colaborador

La vinculación con la Psicología Humanista ha sido una de las mayores bendiciones en mi camino vital.

Trabajar con ella ha permitido que florecieran en mí la responsabilidad y la integridad, y que aumentaran la autoestima sana y el agradecimiento hacia las personas y aquello que me ha ayudado en la vida.

Conocí y estudié la Psicología Humanista en el Instituto Erich Fromm y es una gran satisfacción colaborar como psicoterapeuta, docente y supervisor.

La psicoterapia que realizo está basada en el Aquí y ahora del paciente, integrando las sensaciones corporales y las emociones, para encontrar el equilibrio de las diferentes partes de la personalidad y sanar el niño o la niña interior, deviniendo un buen padre y una buena madre para uno mismo.

Delia C. Villacrés

Colaboradora

Como psicoterapeuta que soy, me siento una privilegiada de poder hacer un trabajo que me apasiona, en el que cada día aprendo algo nuevo que me permite comprender y conocer un poquito más al ser humano.

Estaré siempre agradecida a cada una de las personas que me permiten entrar en sus vidas, y dejan que las acompañe en el recorrido de la búsqueda a encontrarse a sí mismas.

He vivenciado y experimentado la Psicoterapia Integradora Humanista en el viaje más importante de mi vida, el de mi propio proceso de autoconocimiento. Y me he sentido acompañada, respetada, valorada, cuidada, escuchada… en un camino que me permitió descubrir mis recursos y potencialidades, haciendo que me pueda sentir una persona más libre, creativa y serenada, y a disfrutar del gran regalo que es la Vida. Puedo decir claramente que en mi trayectoria hay un antes y un después muy diferenciado, por lo que soy una persona totalmente convencida de que a través del conocimiento y la información podemos decidir con honestidad y autenticidad el tipo de vida que queremos para nosotros.